“Vamos al grano. La respuesta es sí.”
Así comienza el artículo de David Aparicio, en el que nos trae las conclusiones de la revisión de 30 años de estudios sobre las diferencias en narcisismo entre hombres y mujeres. En él se recogen las diferencias entre los distintos factores que afectan al narcisismo, y como pueden afectar éstos al comportamiento en función del sexo.
Llama la atención como los datos son estables a través del tiempo, es decir, no se observan cambios en las expresión del narcisismo a pesar del evidente cambio socio-político que se ha dado en los últimos 30 años. Igualmente, merece la pena destacar la reflexión que el propio autor hace en el texto, para posteriormente destacar la influencia social en la conducta:
Como ya sabemos, las investigaciones en psicología no pueden ofrecer respuestas del tipo 2 + 2 = 4. Principalmente por la amplia variedad de variables (culturales, sociales, biológicas, etc.) que pueden afectar nuestra conducta.
Efectivamente, no es posible aquí hablar de una relación causal propiamente dicha, pues son muchas las variables que intervienen en el desarrollo de estructuras cognitivas de tipo narcisista. Sí podríamos hablar de una influencia multicausal, de la que la influencia social formara una parte relevante o, en todo caso, hipotetizar sobre una influencia circular, en la que ambiente, individuo y genética se influyeran mutuamente en el proceso de desarrollo humano.
A pesar de todo esto, me parece un acierto resaltar el como las influencias sociales y ambientales influyen en nuestra conducta, nuestro pensamiento y, en definitiva, en quienes somos, pues sobre ellas sí podemos actuar directamente. Es una obviedad decir que no podemos cambiar nuestros genes; sin embargo, sí podemos cambiar el ambiente y la forma en que éste influye en la expresión de algunos de estos genes. Aunque las influencias sociales no sean las únicas que influyen en nuestro desarrollo personal, sí se muestran como una de las herramientas de trabajo a tener en cuenta a la hora de buscar un cambio personal y, como consecuencia, social.
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